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viernes, 5 de septiembre de 2008

Fobia Semafórica

Ernesto Morosini
Fotografía: Hugo Izarra. Londres.



Me llevaba de la mano a todas partes
como si fuese el hermano tonto
o el niño que siempre se pierde.

Se hace difícil recordarla,
pensar en su voz, siquiera,
sin sentir esa opresión suave
y sudorosa en la palma y
en el dorso de la mano.

Me decía: voy a contarte
otra vez
la historia del invernadero,
y volvía a repetir el relato,
parte por parte,
como la primera vez,
hasta el último detalle.

Y luego estaba
su fobia semafórica,
decía: ¿Has visto, Hugo,
qué mundo de locos éste?
Donde los árboles han
de ceder su espacio
a los semáforos,
recortar sus ramas,
abrirles paso,
para que sus luces rojas
se propaguen.

Y al día siguiente, lo mismo:
Recuérdame que te cuente
otra vez
lo del invernadero.

“El hermano tonto” Autor, Hugo Izarra



Al hablar de infraestructura urbana se habla de un tema fundamental en el desarrollo y crecimiento de cualquier ciudad. No podemos concebir la correcta función del espacio urbano si este no cuenta con los requerimientos básicos de infraestructura, los cuales comprenden desde el suministro de agua potable, de drenaje y de alcantarillado, de electrificación, de alumbrado público y de vías de transporte, entre otros.

Cuando alguna ciudad llega a toparse con alguna barrera que frena el proceso de su crecimiento, se deduce entonces que un “umbral” ha sido alcanzado. Dichos umbrales no son más que barreras que limitan el desarrollo físico de la urbe,[1] por lo tanto se tienen que generar inversiones extraordinarias para infraestructura urbana a fin de que el umbral sea superado.

En la última década, los umbrales que se han presentado en la ciudad de Jalapa han provocado que se tenga que mejorar y construir nueva infraestructura a fin de ofrecer calidad de vida a sus habitantes. A pesar de que se han llevado una cantidad considerable de obras públicas, existe una situación que constituye un dolor de cabeza para la administración municipal que esté en turno: el tránsito y la vialidad.

En el periodo de 1998 a 2008 se construyeron varias obras viales, tales como el puente que une a Jalapa con el Boulevard Jalapa – Banderilla, así mismo también se edificaron los puentes viales de Plaza Ánimas, el de Plaza Américas, el de Murillo Vidal, el de la Av. Rébsamen, así como la ampliación de dicha arteria y la terminación del Arco Sur; también se realizó la apertura de Circuito Presidentes y el paso a desnivel de 20 de Noviembre y Maestros Veracruzanos. De igual forma fueron edificados el distribuidor vial Araucarias, el distribuidor vial de Las Trancas, y el puente “Fidelidad” que ofrece circulación continua de Lázaro Cárdenas a Murillo Vidal. Toda esta infraestructura vial fue construida supuestamente para aliviar el congestionamiento provocado por el tránsito vehicular en nuestra ciudad. Cabe destacar que aún falta la culminación del Perinorte y la del Libramiento de Jalapa. Hasta el día de hoy los jalapeños seguimos sufriendo con el tránsito cada vez que salimos a las calles de nuestra ciudad.

Este mes de Junio se han iniciado los trabajos para la construcción de un nuevo distribuidor vial que estará emplazado en la zona de Plaza Cristal. Junio, el mes en que se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente está viendo morir a los árboles que circunstancialmente se atraviesan dentro del proyecto del distribuidor. Otros más tienen sus horas contadas, pues el espacio donde han vivido por muchos años, será ocupado ahora por estructuras de concreto armado para que los automóviles circulen. Personalmente me entristece, hasta las lágrimas, que esos árboles tengan una muerte tan poco digna y muchos ciudadanos muestren apatía por esa cuestión, porque según dicen, el progreso y la modernidad de la ciudad lo justifica.

En el Plan Municipal de Desarrollo de Jalapa, 2008 – 2010 se habla en los Ejes Rectores de Desarrollo sobre un tópico referido a La Ciudad Limpia, sobre la importancia que tiene hacer de Jalapa una ciudad sustentable en la que se debe cuidar el clima, proteger los árboles, zonas verdes y bosques, abatir los índices de contaminación del agua, el suelo y el aire, así como proteger el agua, son tan solo algunas de las tareas que resultan indispensables.[2] Por otra parte, el mismo Plan Municipal de Desarrollo menciona lo importante que representa la creación de circuitos que permitan desfogar arterias que ya superan su capacidad de tránsito y que en horas pico representan verdaderos problemas al flujo vehicular, la construcción de obras de alivio en cruces que en estos momentos son insuficientes y la creación y aplicación de programas que fomenten en la ciudadanía y sobre todo en los conductores una cultura vial.[3] Me queda la incertidumbre si realmente se desea cuidar el medio ambiente natural, pues la política que prevalece es hacer la mayor obra pública sin tener una consideración adecuada hacia la vida de los árboles que serán suprimidos y sustituídos por semáforos. ¿Es que no hay alternativas para corregir la saturación del tránsito vehicular que no cuesten más de cien millones de pesos y beneficie a todos los jalapeños?[4]

Es relevante señalar que la gran mayoría de los árboles que están dentro del trazo del distribuidor vial de Plaza Cristal son araucarias, el mismo tipo de árbol que inspiró a Enrique Carvajal, “Sebastián” para crear el símbolo de nuestra ciudad y que ahora será monumento póstumo a los árboles caídos.


[1] Desarrollo Urbano, Aplicación de la teoría de los umbrales para evaluar estrategias de desarrollo urbano. Pág. 14 SAHOP. México, D.F. 1978
[2] Plan Municipal de Desarrollo 2008 – 2010 Xalapa, Ver. Pág. 43
[3] Plan Municipal de Desarrollo 2008 – 2010 Xalapa, Ver. Pág. 70
[4] Según la información vertida en diferentes medios de comunicación, el Secretario de Comunicaciones (Secom) Marco Theurel Cotero, estima una cantidad que llega a los ciento veinte millones de pesos y que tiene como duración un año y medio.

martes, 8 de abril de 2008

¿ECOCIDIO O DERECHO A LA VIVIENDA DIGNA Y DECOROSA?

Ernesto Morosini

La vivienda es un satisfactor social que juega un papel importante en el desarrollo de cualquier pueblo. En este sentido, el Artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”. Desafortunadamente la escasa planeación urbana que ha imperado en las ciudades mexicanas ha propiciado que estas no hayan crecido de forma ordenada, lo cual ha tenido como resultado que superficies no aptas para desarrollo urbano hayan sido edificadas. Este tipo de acciones desencadenan una serie de problemas urbanos que a la postre, resultarán costosos para la ciudad y sus habitantes.

En el caso de la ciudad de Jalapa, la demanda de vivienda ha rebasado por mucho la oferta de predios factibles para el desarrollo de vivienda, por lo que las empresas desarrolladoras han volteado los ojos hacia la zona conurbada de la capital veracruzana con el municipio de Emiliano Zapata. Sin embargo, la creación de equipamiento urbano, áreas verdes e infraestructura para el servicio de los nuevos conjuntos habitacionales no ha crecido a la par de la vivienda, ocasionando que sus residentes tengan que satisfacer sus necesidades de transporte, trabajo, educación, comercio, etc., en Jalapa.

Desde hace dos años aproximadamente, un grupo de empresarios encabezados por Justo Fernández Garibay, ex dirigente estatal del Partido Verde Ecologista de México, iniciaron la destrucción del predio “La Joyita”, de Jalapa, uno de los últimos reductos de bosque de niebla en nuestra ciudad, para construir un fraccionamiento habitacional.1 Según la información vertida en diversos medios de comunicación, el proyecto contará con un fraccionamiento habitacional de lujo, una tienda de autoservicio y una clínica particular especializada en tratamientos de belleza. En palabras de Hipólito Rodríguez, ''La Joyita conserva una plantación de café con árboles centenarios donde habitan especies de orquídeas y aves, además de reptiles e insectos'', Además, el predio es refugio de 220 especies de aves, de las cuales 100 son migratorias, y sitio de descanso para las parvadas que cada año atraviesan el continente.2 Recientemente, la Coordinación General de Medio Ambiente dio a conocer la resolución de la Manifestación de Impacto Ambiental, la cual fue negativa para el promovente, por lo que se suspenden las obras que han sido ejecutadas hasta la fecha y no se autorizará ningún tipo de construcción en el lugar mencionado. Desafortunadamente, la administración municipal pasada autorizó la construcción de vialidades dentro del predio, provocando daños a la fauna y la flora. Es una pena que quienes autorizaron las vialidades en “La Joyita” no hayan esperado la resolución de la Coordinación General de Medio Ambiente, convirtiéndose en autoridad corresponsable en la desaparición de un área boscosa significativa.

De aquí en adelante, valdría la pena que las autoridades analizaran la capacidad con la que cuenta el municipio para soportar la carga que implicaría la creación de nuevos fraccionamientos habitacionales dentro del territorio municipal, en primer lugar, por el aumento en la densidad de población, así como la demanda de servicios municipales básicos: agua, drenaje, alcantarillado, electrificación, recolección de basura, etc., sumando a ello, el incremento en el tránsito vehicular, ya de por sí conflictivo en nuestra ciudad.

Es un hecho que la necesidad de vivienda y equipamiento urbano son necesarios, pero, ¿lo son a costa de la destrucción de áreas verdes con alta relevancia biológica? Esperemos que la necedad del mercado inmobiliario no domine la sensatez de nuestras autoridades, pues ellos fueron elegidos por el pueblo para hacer de nuestra capital un lugar mejor donde vivir.

1. La Jornada Virtual, con fecha del 15 de Junio 2007: http://www.jornada.unam.mx/2007/06/15/index.php?section=estados&article=034n1est
2. Ibíd.

Fotografía tomada de La Jornada Virtual

Publicado en el semanario Punto y Aparte de Xalapa.