martes, 22 de abril de 2014

La ciudad y los niños

Ernesto Morosini *

Cuando apenas yo era un niño, los adultos comentaban en repetidas ocasiones que nosotros significábamos el futuro de México y que por lo tanto debíamos de estudiar y de prepararnos para ser buenos ciudadanos,  ya que estaba en nuestras manos cuidar esta maravillosa tierra para que en un futuro pudiésemos continuar disfrutando de sus bondades. Algunos adultos -que tiempo atrás también fueron niños- se desentendieron de aquellas palabras, y con su mal ejemplo, mostraron la gran facilidad con que se podía destruir nuestro hábitat, ya fuera arrojando basura por la ventanilla del coche, contaminando las playas, los ríos, quemando basura o fumando cigarrillos cuyo humo ensuciaba el aire. Aquel escenario se repetía cotidianamente y muchos niños al crecer se volvieron parte del mismo contexto imitando los malos hábitos practicados por esos adultos.

Por otra parte, las nuevas tecnologías también han contribuido al abandono de los juegos al aire libre y el contacto con la naturaleza. Los niños de hoy se encierran en sus casas a disfrutar del televisor, de sus juegos de vídeo y del internet. Esto no quiere decir que sea malo, pues el infante tiene acceso a nuevas formas de expresión lúdica, mismas que hay que tolerar, pues poseen un gran poder educativo y depende del uso que se les confiera. En cuanto al espacio público, nuestros gobernantes se han preocupado mayormente en dotar de más y mejores vialidades para la circulación de automóviles que espacios recreativos para niños. Las áreas verdes y las zonas de juego no representan competencia ante las superficies pavimentadas que día a día manifiestan su hegemonía en la mayoría de las ciudades contemporáneas.

Niños jugando en la calle **
La importancia pedagógica que revisten los espacios para los juegos infantiles representa un tema poco tratado por los urbanistas. Los valores educativos que dichos espacios transmiten a los niños son factores que deben tomarse en consideración cuando se realiza la planeación urbana, pues no habrá mejor medio para transmitir este conocimiento que a través del espacio que educa.[1] En palabras de Amante y Capitanachi se sugiere que por medio de ejemplos vivenciales que deben proliferar en la ciudad, sensibles a las necesidades y expectativas de diversos grupos sociales (ancianos, niños, minusválidos, etc.), creativos en su planeación y diseño, estimulantes con respecto a las capacidades perceptuales del observador, e ilustrativos sobre modos de vida ciudadana que prometen romper con el individualismo y la enajenación, y que pueden contribuir a fomentar la comunicación[2], y no solo aquellos recintos decorados con juegos infantiles clásicos (columpios, resbaladillas, tiovivos, etc.) que a nuestras autoridades tanto les agrada instalar.

Los niños pertenecen a un sector poblacional importante,[3] al que desafortunadamente no se le ha prestado la atención debida cuando se planean los espacios urbanos. Esto ha traído como consecuencia que crezcan en un sistema que induce a la reclusión entre los muros de sus casas, de sus escuelas y que es representativo de un ambiente inseguro que les impide salir sin la supervisión de un adulto.

Los niños siguen siendo el futuro de México, lo que habría que meditar es qué clase de futuro les estamos heredando y si eso es lo que deseamos para nuestros hijos.

* Este artículo fue escrito en el año de 2008 y publicado en el semanario Punto y Aparte de Jalapa, Ver., en el marco de la celebración del Día del Niño. Es una pena que a pesar del tiempo transcurrido, las cosas en materia de urbanismo sigan completamente igual y con tendencia a empeorar.

** Imagen tomada de http://www.laciudadviva.org/blogs/?p=10031 





[1] C. Capitanachi & S. Amante (1994); Las Áreas Verdes Urbanas de Xalapa / Universidad Veracruzana y Gobierno del Estado de Veracruz; Xalapa, Veracruz, México; páginas 7 y 8.
[2] Ibíd.
[3] En el año de 2005 Xalapa concentraba 107,890 mil niños (27.62%) en los rangos de cero a catorce años, cuando el total de habitantes en ese tiempo lo componían 413,136 personas. Fuente: INEGI. XII Conteo de Población y Vivienda 2005, Veracruz.                                                                                  

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